London Blogging Night

¡Hola!


El relato con el que inauguramos esta aventura se tituló London Bloggin Night y es una historia de amistad con todos los ingredientes de una novela de intriga: una desaparición misteriosa, un personaje siniestro, pasiones, miedos e incertidumbres. Puedes encontrar los 47 capítulos en el archivo.


Ahora iniciamos una Isla de Relatos (casi perversa) donde intentaremos contar historias que os evadan un rato, a la vez que os provoquen. Queremos que paséis un tiempo, sea el que sea, pero que sea memorable.



Patricia & Isabel


lunes, 21 de abril de 2014

Capítulo 34: Sherezade en Dubái

Lujo y desmesura. Grandilocuencia. Construcciones que buscan arañar el cielo, y también luz, mucha luz. Reflejada por la arena, por los cristales y metales de sofisticados lugares y por el agua salada del Khawr Dubayy, curso de agua que atraviesa la ciudad y se sospecha que la bautiza. Un mundo de fantasía y desproporción habitado sobre todo por extranjeros de procedencias diversas, unos atraídos por el glamour y la ostentación, otros por negocios y aún otros más por conseguir un empleo en un destino con tantas posibilidades.
“Tal cual ‘Las Mil y Una Noches’, con su Sherezade y todo incluida en el pack”, piensa Eme, rodeada de riqueza y distinción pero prisionera. Y su vida dependiendo del entretenimiento y seducción que sea capaz de otorgar a sus acompañantes a la fuerza… “¡Maldita pesadilla!”.

Por más que ahora se encuentre en la deslumbrante y llamada “Venecia del Golfo”, antiguo puerto pesquero dedicado hasta el siglo XX al comercio de perlas y, más tarde, convertida en meca del petróleo a partir de la década de los 60. Por más que Dubái, la esplendorosa y principal metrópolis de uno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) cercana a la capital de Abu Dabi, también sea ahora meca de más actividades en apogeo, como la construcción, el comercio, los servicios financieros y el turismo de compras. A pesar de todo ello, lo único que le importa es que sigue enjaulada. Eso sí, con barrotes de diamantes y una presuntamente exquisita compañía.
Quien la agasaja en este nuevo capítulo de su aciaga y extraña aventura es otro marchante de arte, por supuesto, relacionado esta vez con Christie’s. Con oficinas en 34 países, la casa de subastas es la más antigua del mundo, creada en 1766 por el británico James Christie’s y, en la actualidad, propiedad del magnate Françoise Pinault, cuyo hijo –valga el dato curioso– está casado con la actriz Salma Hayek. Una de las delegaciones de una de las firmas más famosas relacionadas con el arte es Christie’s Dubai, situada en el centro internacional de finanzas Gate Village.



Siguiendo el mismo patrón de comportamiento de todos los “amigos” de Stephen, John y Ludmila, Pierre Dutroy también se pavonea ante Eme, “aunque puñetera falta que le hace”, reflexiona ella rezumando sarcasmo: “Está pagando por ello”. Para su lucimiento, claramente innecesario para la mujer, aunque irrevocable, el marchante francés la lleva de visita a la sede árabe de la conocida empresa subastadora de Reino Unido rival de Sotheby’s, y después de compras al gran centro comercial Dubai Mall. Dutroy se jacta de su volumen de negocios en el Golfo y el mundo islámico en general y se compara a si mismo con el norteamericano Larry Gagosian, conocido por su olfato y capacidad de convertir en arte todo lo que toca.

“Menudo fantoche, este Pierre. Si no estuviera podrido de pasta, no fanfarroneara sobre ello todo el tiempo y no se las diera de refinado francés con contactos, quizás hasta podría caerme bien”. Eme no puede creer que tenga que estar en esta fabulosa y rutilante ciudad de archiconocidas islas artificiales dejándose arrastrar por un cursi del otro lado de los Pirineos. Ni siquiera disfruta del impresionante hotel donde se aloja con su nuevo cliente, en el rascacielos Burj Khalifa (‘la Torre del Califa’), parte del escenario de la película “Misión Imposible IV”. Ni tan solo este edificio, la estructura más alta construida por el ser humano –828 metros y 163 plantas en pleno complejo Dowtown Dubai– que debe su nombre al jeque y presidente de los EAU, Jalifa bin Zayed Al Nayahan, consigue que sus ojos brillen: “Sabela, ojalá me encuentres pronto. Si pasa más tiempo, no sé si podré volver a ser la misma”. Eme teme que su callado lamento es estéril, que no atravesará ni estas dunas ni los mares. Pero, al otro lado del mundo, allá en Occidente, y aunque ella no acabe de creérselo, hay quienes piensan en ella todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario