London Blogging Night

¡Hola!


El relato con el que inauguramos esta aventura se tituló London Bloggin Night y es una historia de amistad con todos los ingredientes de una novela de intriga: una desaparición misteriosa, un personaje siniestro, pasiones, miedos e incertidumbres. Puedes encontrar los 47 capítulos en el archivo.


Ahora iniciamos una Isla de Relatos (casi perversa) donde intentaremos contar historias que os evadan un rato, a la vez que os provoquen. Queremos que paséis un tiempo, sea el que sea, pero que sea memorable.



Patricia & Isabel


sábado, 5 de julio de 2014

Capítulo 36: Una sensación de libertad

Un hombre imponente. Exquisito. Educado como un auténtico gentleman al más puro estilo británico, personificaba la amabilidad y la elegancia en todo lo que hacía, en su forma de hablar, vestir y comportarse. Muy moreno, de penetrantes ojos negros, sonrisa de blancos dientes que parecía brillar en la oscuridad y breve perilla pulcramente cuidada, atraía las miradas excitadas de las mujeres y la envidia de los hombres. Si algo le faltaba a quien Eme debía “honrar” y acompañar aquellos días “por gentileza” del autoritario Pierre Dutroy, no era dinero, ni prestigio, ni poder, ni extravagancia… Culto y sensible, amaba el arte contemporáneo y todo lo que a él se refería. Y esa mujer de Barcelona era para él una pieza muy especial.

Tanto valor le otorgaba que la trataba con una delicadeza rayana en la obsesión. Como aquella mañana. Mientras Eme aún seguía entre sábanas, aquel hombre se inclinó hacia ella, le acarició la mejilla con la misma suavidad que hubiera empleado para no quebrar un frágil cristal y le besó en la frente. Desde su altura de casi dos metros, envuelto hasta los pies en su blanco y veraniego thawb y cubierta la cabeza con su habitual kuffiyya -demostración, en su caso, del orgullo que sentía por su identidad árabe-, le pidió con el sumo cuidado con que siempre se dirigía a ella que se levantara, desayunara y se vistiera “tan preciosa como cada día que tengo la fortuna de compartir contigo”, según sus propias palabras.

Menos de dos horas después, el jeque Mohammed Al Martum se sienta en primera fila de la sala de subastas de la delegación de Christie’s en Dubái. A su derecha, hay una dama espectacular, engalanada con una maravillosa abaya negra y el talle adornado por un grueso cinturón azul del que pende una tela vaporosa del mismo azul, que se desliza hasta tocar el suelo. Así luce Eme: espléndida y a la moda de la desproporcionada ciudad de los Emiratos Árabes.



Indiferentes a la admiración y curiosidad que inspiran entre el público asistente a la subasta del día, Mohammed y Eme contemplan la pieza que, desde el momento en que los organizadores del evento la han mostrado a la concurrencia, no pueden dejar de mirar. Ambos han quedado prendidos de la enorme imagen de fondo gris y siluetas humanas a trazos negros que tienen ante los ojos. De pronto, la voz del subastador, que inicia su trabajo en ese momento, les saca de su ensueño y les devuelve a la realidad: -Señoras y señores, bienvenidos a esta subasta de objetos de gran valor procedentes de colecciones particulares. Empezamos con esta reproducción, original de su autor y de grandes dimensiones, de una acción de Suso 33, artista del graffiti procedente de Tetuán. La obra reproducida se encuentra en un muro del barrio de Estrecho de esa ciudad desde su realización, a finales de 2013. Suso, que trabaja desde hace 30 años en el mundo del arte urbano, ha expuesto en decenas de ocasiones tanto individual como colectivamente e intervenido en más de 50 ciudades de tres continentes. Su obra forma parte de museos tan prestigiosos como el Thyssen Bornemisza. El experto subastador continuaba desgranando su discurso para convencer: -

La imagen que podemos ver aquí nació, según expresó su autor, “con la intención de hablar del individuo y la masa, sentirse parte del todo y también exclusivo y especial”. Como pueden observar, todas las figuras representadas dan forma, a su vez, a otra silueta humana, a manera de juego que recuerda un fractal… Comenzamos la puja, sin más demora, por la cantidad de 10.000 dólares… 15.000 ofrece el caballero de la primera fila, a quien acompaña la bella señorita ataviada de negro y azul… ¿Quién da 20.000? La señora del vestido blanco del fondo ofrece 21.000… Volvemos al caballero sentado en primera… ¿30.000 dice? Sí, señor, ¿alguien da más? 30.000 a la una, 30.000 a las dos, ¡30.000 a las tres! ¡Vendida pues al elegante y distinguido jeque de la primera hilera de asientos! ¡Enhorabuena!
Al Martum estrecha la mano de Eme con la satisfacción reflejada en su rostro, en sus ojos brillantes, en su franca sonrisa. Eme no puede evitar convertirse en su espejo y sonreír a su vez: -Es una feliz elección, Mohammed. A Suso 33 se lo disputan en galerías y museos y, aunque él pudiera parecer incoherente con la filosofía de los escritores de paredes –“Si es legal, no es graffiti” –, es uno de los cinco artistas urbanos más famosos del mundo, a la altura del francés Blek le Rat. El apuesto jeque mantiene su ancha sonrisa y asiente mientras escucha a Eme. Y ella se estremece, pero no de miedo. Acaba de sorprenderse a sí misma pensando que él no la hace sentirse prisionera. Sino todo lo contrario.

En humilde homenaje a los escritores de paredes, a Arturo Pérez-Reverte y su novela “El francotirador paciente” y a las mujeres que persiguen el sueño de escribir.

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