London Blogging Night

¡Hola!


El relato con el que inauguramos esta aventura se tituló London Bloggin Night y es una historia de amistad con todos los ingredientes de una novela de intriga: una desaparición misteriosa, un personaje siniestro, pasiones, miedos e incertidumbres. Puedes encontrar los 47 capítulos en el archivo.


Ahora iniciamos una Isla de Relatos (casi perversa) donde intentaremos contar historias que os evadan un rato, a la vez que os provoquen. Queremos que paséis un tiempo, sea el que sea, pero que sea memorable.



Patricia & Isabel


martes, 30 de septiembre de 2014

Capítulo 39: En busca de un móvil

Ya en su despacho de Barcelona la inspectora Cristina Ruíz apretaba intermitentemente la pelota anti-estrés mientras repasaba la secuencia de acontecimientos. Hace casi medio año se celebró la fiesta London Blooguin Night en el Hotel Me de Londres a la que acudieron Sabela y Eme invitadas por uno de los clientes de su agencia. Eme conoció, de manera supuestamente fortuita, a un caballero encantador y tras ese fin de semana ambas amigas se separaron. Dicho personaje resultó ser el títere de una organización de trata de género con el que viajó a New York, atraída por el glamour y el libertinaje. Allí se perdió la conexión con Eme. Las pesquisas de una investigación encargada por la propia Sabela a Cristina Ruiz, amiga no tan íntima pero extremadamente entregada a la lucha contra la privación de las libertades, le había llevado hasta Dubai, país del que acababa de regresar. Mientras fijaba su vista en una grieta que amenazaba con abrirse paso por encima de la ventana de su despacho, Cristina Ruíz intentaba encontrar algún motivo por el cuál Eme haya sido la víctima de este secuestro. El móvil de un delito suele desenmascarar los rostros de los intérpretes implicados en él.

Absorta en sus pensamientos, no atinó a ver la llamada entrante de otro móvil, esta vez el suyo, silenciado para contribuir a crear un ambiente reflexivo. Desde el otro lado de la línea, Sabela aguarda impaciente que la voz de Cristina interrumpa el tono de llamada. Necesita saber más sobre el dato tan sorprendente que su amiga inspectora le había avanzado por teléfono: Guille había estado en Dubai y se le relacionaba de alguna forma con el cabecilla de la organización. ¿Qué tenía que ver Guille en todo esto? ¿Por qué el compañero de piso de Eme, amigo común de la infancia, puede tener algo que ver en este secuestro? ¿Por qué alguien con quien tienes una relación tan estrecha, con quién has pasado tanto, te traiciona de esta manera? De nuevo...¿Cuál era el móvil?



Cristina sabía que todas las historias turbias, todo crimen perfecto o no, tienen como mínimo uno de estos tres detonantes: el amor, el dinero o la venganza. En este caso el amor no tenía muchos números, pues Guille era homosexual y, salvo que esa condición no fuera ambigua o tendente a la bisexualidad, se descartaba un amor romántico entre ambos. El dinero tampoco parecía una motivación, ya que Guille disfrutaba de una holgada posición económica como miembro de una acaudalada familia catalana bien situada en la ciudad Condal. Nos quedaba la venganza, ese plato que se sirve frío.

Y para frío, el que recorrió la espalda de Sabela al ver entrar a Guille en su agencia de la calle Balmes, en pleno centro de la ciudad.
- Hola Guille...no te esperaba.
- Eso parece Sab. Estás pálida. ¿Te encuentras bien?
- Sí Guille. Dime...¿a qué has venido? Quiero decir...¿pasabas por aquí y has venido a verme?. Sabela forzó una sonrisa que apenas pudo mantener unos segundos.
- No Sáb. He venido porque no me coges el teléfono, porque me estás esquivando, y quiero saber qué has averiguado de Eme. Sé que esa amiga vuestra, esa tal Cristina, está investigando y quiero estar enterado de lo que averigüe.
El frío de su espalda se había transformado en calor intenso acumulado en sus mejillas de la rabia que le producía no poder gritarle: ¡¡¡ Y yo quiero saber qué coño hacías tú en Dubai con ese asqueroso chulo!!!!!. Pero se contuvo porque las instrucciones de Cristina habían sido claras: "no hables con Guille de nada acerca de la investigación, por el bien de Eme".
- No sé nada nuevo Guille, salvo que todo avanza muy lentamente y que debemos ser muy discretos.
- ¿Pero sabe dónde puede estar Eme en estos momentos?
Si Guille parecía impaciente, Sabela iba en camino de convertirse en paciente, pero de algún cardiólogo. Su corazón latía a un ritmo vertiginoso.
- Guille, no sé nada que no te haya contado. Me desespera esta situación, necesito saber que Eme está bien!!!! Quiero que vuelva, no se merece esto, no sé quién querría hacerle daño, por qué, qué ha hecho ella?!!!!
Perdió los nervios de tal forma que Guille fue a abrazarla para consolarla en un abrazo en el que había más tensión que alivio.
Esa misma escena, Guille y Sabela sumidos en un abrazo, había acontecido veinticinco años antes cerrando un verano maravilloso, lleno de complicidades y emociones. En ese momento nada hacía presagiar el odio encubierto que tendría Guille a Eme a lo largo de toda su relación.

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